El padre Chucho es detestable. No sé quién será más ridículo, si él con su actitud de la máxima jerarquía eclesiástica de la televisión y la farándula criolla colombiana, o su pobre programa de RCN “Cura para el alma.” Una copia barata de Laura en América, pero cuyo protagonista es “la santísima santidad” que se cree la salvación de los jóvenes. Siento vergüenza ajena de los payasos que se prestan para ese show, que con pelucas estrambóticas, gafas oscuras, voces distorsionadas y agresiones, -en algunos casos físicas y verbales,- son protagonistas de un típico programa amarillista.
Pero, ¿Quién es Jesus Hernán Orjuela? ¿A qué hora apareció? ¿Quién lo hizo el guardián de la moral colombiana?
El padre Chucho, es el sacerdote joven y de moda. Bastante particular si soy franca, con una insufrible vanidad de creer ser un padre chévere y metrosexual. Juvenil y “cool” ante las señoras que hasta, propensas a placeres sexuales, dicen que el padre tan churro.
¿Que cual es el crimen del padre Chucho? sencillo, ser la máxima expresión de la ignorancia del país.
La gente le celebra todo y lo que es peor, le cree todo. Mi abuelita lo idolatra. Madruga los domingos a ver la trasmisión de su misa –asistir es caso imposible-. Una multitud de personas lo aborda, fanáticos aprovechan al finalizar para pedir autógrafos, bendiciones y sanaciones. Dicen que dizque el cura, cura y hace milagros. Es el único sacerdote en Colombia que viaja de ciudad en ciudad auto promocionándose. Se le ve con escoltas y en carro con vidrios polarizados. Nunca sale sin sus gafas negras, firma autógrafos y se toma fotos con señoras y jovencitas que vuelve locas increíblemente, como si se tratara de una estrella de la televisión y la música.
Y claro, como toda celebridad, el padrecito se volvió el “terror de los aeropuertos”. Armó un show en vuelos Bogotá – Miami, donde se puso histérico en el control de seguridad cuando le pidieron quitarse los zapatos, y en un vuelo a Medellín llegó tarde y no encontró cupos seguidos para él y sus acompañantes.
Las aspiraciones del padre Chucho son netamente faranduleras. Su sueño no es llegar a ser cardenal, sino el multiusos de la farándula criolla. Creo que optaría hacer un comercial de Ricostilla a dúo con Carlos Calero antes que salir en el Minuto de Dios. Le gusta más firmar autógrafos en las portadas de sus CD’s antes que actas bautismales. Y eso es lo que no me gusta. Por ejemplo, en el espacio de oración del programa Muy buenos días. El padre aprovecha para promocionar su última producción discográfica. Y lo que es peor aún, ahora se encuentra en negociaciones para tener su propio canal de televisión: TeleChucho, “sería un pecado no verlo.” Bárbaro.
Soy católica practicante y no tengo nada personal contra el padre Chucho. Pero no me gusta ni cinco que se moneticen las creencias de los colombianos a base de "curas para el alma" y lo que es peor aún, frases para el espíritu que llegan al celular, a cambio de una suma de dinero por cada mensaje que va directo a la cuenta de este aspirante a protagonista de novela. Pero lo más indignante es que existan tantos fanáticos de este señor que lo ven como un Dios. Hay algunos que hasta lloran y todo cuando lo ven. Todos le veneran al cura de moda mientras él se dedica a blanquearse los dientes en el consultorio de Marlon Becerra.
No habia tenido la oportunidad de leer tu blog, muy buen articulo, totalmente de acuerdo, el padre Chucho es detestable!
ResponderEliminarla verdad no tenia de esto pero parecer ser que algunas poersonas cuando salen el television se les sube todo otro caso es el de marbelle que mejor dicho esta que no se la aguanta nadie
ResponderEliminaraqunque se que un buen periodista no revela sus fuente de informacion pero de donde lo supiste?